Un hombre de 36 años fue este lunes detenido cuando trataba de acceder con un revólver a la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino en Buenos Aires, donde pedía tener una audiencia con el presidente, Mauricio Macri, informaron fuentes oficiales.
Personal de seguridad de la sede de Gobierno, que depende de la Casa Militar, detuvo a Francisco Ariel Muñiz y lo puso a disposición judicial, a una persona que, «aduciendo tener una audiencia» con el mandatario, intentó ingresar con un arma de fuego en su portafolios.
«Al constatarse que la audiencia con el Presidente no existía, el hombre intentó dejar el maletín que contenía un revólver Magnum 44 Taurus», añadió la Presidencia argentina en un comunicado.
Este hecho se da casi dos años después de que un hombre con problemas psiquiátricos tratara también de burlar la seguridad del edificio al chocar contra las rejas de la Casa Rosada durante la madrugada, unas imágenes que fueron muy difundidas por la prensa local.
También en noviembre pasado, cuatro jóvenes fueron detenidos y posteriormente liberados por intentar entrar con un automóvil a una residencia de descanso de Macri, que habían dado como excusa que una de ellos era la ahijada del mandatario.
Habían conseguido pasar el primer control de acceso a la quinta, en momentos en que el presidente descansaba con su familia.
Sin embargo, cuando los agentes de seguridad se dieron cuenta del engaño e intentaron detenerlos, la conductora del auto dio marcha atrás y abandonó el lugar, lo que derivó en una persecución por parte de la Policía.
Finalmente, los cuatro fueron detenidos en el estacionamiento de un restaurante de comidas rápida.
Además de situaciones como estas, el jefe de Estado ha recibido diversas amenazas a través de redes sociales y por teléfono, como cuando en agosto de 2017 un hombre de 26 años fue detenido acusado de haber amenazado con «reventar» su casa.
La imagen de Macri ha caído fuertemente en las encuestas en los últimos meses, en los que se ha agravado la crisis económica que vive el país desde que a finales de abril de 2018 comenzó una abrupta devaluación del peso que elevó la inflación y desencadenó en una recesión que aún continúa.