El diputado ruso Leonid Slutski, acusado de acoso sexual por varias periodistas parlamentarias, pidió perdón a las mujeres a las pudo haber molestado y aseguró que «no tenía mala intención», en un mensaje de felicitación por el Día de la Mujer.
«De todo corazón os felicito por el Día Internacional de la Mujer. Os deseo una buena salud, un espíritu fuerte y simple felicidad humana. Aprovecho la ocasión para pedir perdón a aquellas de vosotras a la que, queriendo o no, les causé algún tipo de preocupación», escribió en su página de Facebook.
El presidente del comité de Exteriores de la Duma (cámara baja del Parlamento) rusa añadió: «Creedme, fue sin mala intención».
Las denuncias de acoso sexual contra este influyente diputado por parte de tres periodistas que cubren habitualmente la cámara saltaron a la luz hace unas semanas creando gran polémica en los medios y en las redes sociales, aunque a nivel oficial la mayoría de las reacciones han sido en su defensa.
Desde entonces ya son cinco las reporteras que le acusan de comportamientos inapropiados.
Sus colegas parlamentarios -tanto hombres como mujeres- le han apoyado en general, poniendo en duda la palabra de las periodistas.
La última, la presidenta del comité parlamentario para Asuntos de la Familia y de la Mujer, Tamara Pletneva, opinó que Slutski «quizás estaba bromeando un poco».
«Conozco a Slutski hace muchos años... es un hombre educado, muy culto, un gran intelectual», dijo Pletneva, que en cambio se quejó de que las periodistas muchas veces no se visten adecuadamente.
«Esto es una institución oficial, no un lugar para pasear o ir enseñando el ombligo», agregó.
Antes, el presidente de la Duma, Viaheslav Volodin, aconsejó a las mujeres periodistas que si «tienen miedo» de trabajar allí «cambien de trabajo».
«¿Para ustedes es peligroso cubrir la Duma? Si es así, cambien de trabajo», fue la recomendación que hizo el máximo responsable de la Duma a las mujeres periodistas que integran el pool parlamentario, a las que felicitó por el Día de la Mujer.
En un principio, solo la periodista georgiana Ekaterina Kotrikadze, directora adjunta del canal RTVI, se atrevió a acusar a Slutski sin esconder su identidad.
Reveló que «hace siete años, me llevó a su despacho, cerró la puerta e intentó ponerme contra la pared para besarme y tocarme. Me solté y salí corriendo».
Kotrikadze llamó a las otras periodistas a armarse de valor y revelar sus nombres, tras lo cual salieron a la luz Daria Zhuk, del canal Dozhd, y Farida Rustamova, del servicio en ruso de la BBC.
Las mujeres relataron tocamientos e insinuaciones sexuales, una de ellas afirmó que el diputado le propuso darle declaraciones en su casa por la noche, y una tercera aseguró que Slutski intentó besarla en la boca.
El líder del partido de Slutski y candidato a la presidencia rusa, el histriónico Vladímir Zhirinovski,dijo, al ser preguntado sobre estos casos que se ocupará del asunto «cuando pasen las elecciones».
La vicepresidenta de la Comisión de Asuntos de la Familia, Oxana Pushkina, fue apenas la única en la Duma que salió en defensa de estas periodistas, al señalar la necesidad de redactar una ley para proteger a las víctimas del acoso sexual.