Los exmilitares argentinos Jorge Eduardo Acosta y Alfredo Astiz fueron condenados ayer a prisión perpetua por crímenes cometidos durante la última dictadura en Argentina (1976-1983), en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma).
Un tribunal federal de Buenos Aires condenó a reclusión perpetua a Jorge Eduardo ‘el Tigre' Acosta, excapitán de fragata y exjefe de Inteligencia y del Grupo de Tareas de la Esma, la misma pena que impuso al excapitán de la Armada y agente de inteligencia Alfredo Astiz, conocido como el ‘Ángel Rubio' o el ‘Ángel de la muerte'.
La decisión de la corte llegó después de cinco años de audiencias, en el mayor juicio por delitos de lesa humanidad celebrado hasta ahora en Argentina y en el que están acusadas un total de 54 personas, entre ellas el excapitán de corbeta Ricardo Miguel Cavallo y el piloto de la línea aérea holandesa Transavia y marino retirado Julio César Poch, ambos extraditados desde España.
Los acusados, entre quienes también hay civiles, estaban acusados de 789 delitos de secuestros, torturas y homicidios cometidos en la Esma, donde funcionó de facto la mayor cárcel clandestina del régimen militar argentino y donde se calcula que estuvieron detenidas ilegalmente cerca de 5.000 personas.
El tribunal dictaminó en su sentencia que todos estos delitos son crímenes de «lesa humanidad» y «por ende son imprescriptibles».
El mismo tribunal condenó a prisión perpetua a Mario Daniel Arru, Randolfo Agusti Scacchi y Juan Antonio Azic; a 13 años de cárcel a Juan Arturo Alomar y a 8 años y medio de prisión a Paulino Omar Altamira.
Absolvió, sin embargo, al economista Juan Ernesto Alemann, exsecretario de Hacienda del gobierno dictatorial.