El primer ministro de Francia, Manuel Valls, subrayó hoy que EEUU ha violado la confianza de su país tras conocerse que espió a los últimos tres presidentes franceses y pidió que repare el daño que ha causado a las relaciones bilaterales esa práctica «inaceptable».
En la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional, el primer ministro tachó ese espionaje de «muy grave y anormal entre Estados democráticos aliados» y consideró que «no es legítimo» proceder a ese tipo de vigilancia «en nombre de los intereses nacionales».
Valls estimó que Washington debe «ir más lejos» que con los compromisos adoptados en 2013, cuando aseguró haber puesto fin a esas prácticas, y abogó por el establecimiento de «un código de buena conducta» en materia de información y de respeto de la soberanía política entre aliados.
El jefe del Gobierno galo subrayó que cuando se comparten valores comunes «el respeto recíproco de la soberanía es un principio fundamental» para poder llevar a cabo relaciones de confianza, y transmitió en nombre de toda la representación política francesa la «cólera legítima» del país por esas escuchas.
La información de WikiLeaks difundida anoche por «Libération» y «Médiapart» revela que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) puso en marcha «una operación de gran envergadura» para intervenir desde 2006 y hasta mayo de 2012 las conversaciones de Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande.
«La respuesta de Francia ante esa revelación es un mensaje de claridad y de firmeza ante lo que no es aceptable», sostuvo Valls, para quien aunque «Francia es un aliado leal que sabe lo que le debe a EEUU» a lo largo de la historia, la gratitud no le impedirá jamás «ser independiente».
Asimismo, insistió en que el proyecto de ley que fija un marco legal a sus servicios secretos, que será votado hoy de forma definitiva en la Asamblea Nacional, no incurre en los métodos denunciados.
El texto, que ha levantado una gran controversia, refuerza y enmarca la escucha telefónica y por internet y detalla los posibles procedimientos de vigilancia y de interceptación de información y comunicaciones.
«Crea una herramienta de control jurisdiccional potente», expuso el primer ministro, que quiso dejar claro ante los diputados que, «contrariamente a las especulaciones», el país no vigila a sus socios o aliados.