Los violentos enfrentamientos entre manifestantes prodemocracia y la policía de Hong Kong de la noche del viernes aumentan el escepticismo acerca del potencial éxito del primer encuentro entre estudiantes y el Gobierno, fijado para el próximo martes y cuya última intención es poner fin a las protestas.
Más de 9.000 manifestantes ocuparon el sábado las calles del barrio de Mong Kok, una de las tres zonas de la ciudad tomadas por las protestas desde el pasado 28 de septiembre, después de que fuertes enfrentamientos con la policía hicieran retroceder a las fuerzas de seguridad dejando de nuevo el área en sus manos.
Al menos 26 personas fueron detenidas durante las cuatro horas de enfrentamientos en las que la policía empleó gas pimienta en numerosas ocasiones.
Pasada la media noche, la policía optó por retirarse de una de las zonas, en la que los manifestantes rápidamente comenzaron a construir barricadas.
En la mañana de hoy, en un ambiente menos tenso, varios tramos de calle del barrio de Mong Kok seguían tomados por los ciudadanos, vigilados por fuertes cordones policiales.
Para muchos, Mong Kok es símbolo del movimiento, un barrio de clase obrera, alta actividad comercial y que cuenta con una de las mayores tasas de densidad de población del mundo, al dar cobijo a manifestantes de todas las edades y estratos sociales.
Los enfrentamientos violentos de ayer arrojan dudas ahora sobre las intenciones del gobierno de retomar el contacto con los estudiantes para dialogar sobre una posible reforma electoral que pudiera zanjar las protestas, que hoy cumplen tres semanas.
Así lo han hecho ver las organizaciones que lideran el movimiento Occupy, quienes acusan al jefe del Ejecutivo, Leung Chi-Yung, de falta de sinceridad por mostrar su interés de resolver la crisis social a través del diálogo a la vez que moviliza cientos de policías para desalojar a los manifestantes de las calles ocupadas.
«Leung está tratando de crear problemas y detener el diálogo, y no vamos a quedar atrapados en esa trampa», dijo ayer el secretario general de la Federación de Estudiantes, Alex Chow.
El movimiento Occupy, otra de las tres agrupaciones que lideran las protestas, emitió un comunicado de condena hacia la actitud de la Administración por la intervención policial en Mong Kok a la vez que pidió moderación a ambos frentes en un intento de rebajar la tensión que se vive hoy en las calles.
La primera ronda de contactos entre ambas partes está fijada para el próximo martes, en la que podría participar directamente la número dos del Gobierno, Carrie Lam, según publicó hoy el diario de Hong Kong South China Morning Post.
La decisión del gobierno de retomar los contactos para iniciar el diálogo con los estudiantes llegó de la mano de Leung el pasado jueves, tras dos semanas de protestas que han paralizado partes de la ciudad y acaparado los titulares mundiales con escenas de violentos enfrentamientos bajo lujosos rascacielos.
Se trataba de la segunda aparición pública de Leung desde que comenzaran las protestas, y que llegó, además, un día después de que un vídeo en el que se mostraba a seis policías golpeando a un manifestante circulara por internet y desatara la ira de los ciudadanos.
La tensión acumulada en ambos frentes, manifestantes y la policía, es aún más que patente, y las organizaciones prodemocracia critican el mutismo del Gobierno durante todo este tiempo.
Los manifestantes exigen la libre elección popular de los candidatos a la jefatura de Gobierno para 2017, pero Pekín insiste en dejar que un comité compuesto por 1.200 miembros, y designado por el Gobierno central, seleccione a los aspirantes.
Mientras Leung insiste en que esta decisión de la Asamblea Popular China no tiene marcha atrás, muchos dudan de que la crisis social y política abierta en Hong Kong vaya a encontrar una pronta solución.