Miles de personas continúan protestando en las calles de Hong Kong a favor de elecciones libres en 2017, y el número de manifestantes parece haberse incrementado después de que la policía cargara contra los concentrados sin lograr disolverlos.
Al menos 30 heridos -26 manifestantes y cuatro policías-, es el resultados provisional de los enfrentamientos de esta tarde, según las autoridades locales.
La tensión continúa en torno a la sede del gobierno local y toda la zona adyacente (los barrios conocidos como Central y Admiralty), donde desde la noche del viernes se mantiene una protesta que ha ido ganando en intensidad según aumentaba la acción de los policías.
La carga de esta tarde de los agentes antidisturbios con porras y gases lacrimógenos generó momentos de caos, y muchos manifestantes comenzaron a huir, aunque luego retornaron a la zona.
Otros ciudadanos se han unido a la protesta tras la carga policial, según asegura en su edición digital el diario «South China Morning Post», que cita a algunos de los recién llegados.
El uso de gases lacrimógenos y de porras es algo prácticamente desconocido en las frecuentes protestas políticas de Hong Kong.
Coreando consignas como «Queremos democracia real» o «Vergüenza» por la actuación policial, los manifestantes, muchos de ellos equipados con gafas de protección y paraguas, aseguran estar dispuestos a continuar por tercera noche en la zona.
Las autoridades han hecho varios llamamientos a la población para que vuelva a sus casas y ponga fin a la concentración «ilegal», e incluso el jefe ejecutivo de la ciudad, Cy Leung, instó, en una rueda de prensa antes de la acción de los agentes antidisturbios, que los manifestantes depusieran su actitud.
Las autoridades han detenido desde la noche del viernes a un total de 78 personas, de entre 16 y 58 años, aunque la mayoría han sido puestos en libertad.
El joven dirigente estudiantil Joshua Wong, de 17 años, fue liberado hoy tras haber sido detenido el sábado.
La protesta germinó tras una semana de huelgas de estudiantes universitarios y de secundaria que comenzó el lunes pasado, que concluía con una manifestación en la noche del viernes ante la sede del gobierno local.
Los manifestantes se mantuvieron en la zona durante todo el sábado.
En la madrugada del domingo, uno de los líderes del movimiento Occupy Central, Benny Tai, acudió a la zona para anunciar que su organización adelantaba el inicio de su campaña de desobediencia civil contra la reforma electoral aprobada en agosto por Pekín.
Durante toda la mañana, ambas partes ganaron fuerzas con la llegada a la zona de varios cientos de policías con equipos antidisturbios y de más manifestantes equipados con remedios caseros para resistir el gas pimienta y los gases lacrimógenos. .
Sin embargo, algunos estudiantes señalaron su disgusto con Occupy Central, ya que creen que esta campaña se ha aprovechado de su movimiento en beneficio propio, según señalaron varios de ellos a medios locales.
La prensa oficial china apenas se ha hecho eco de las protestas, de las que ha señalado su carácter minoritario y el negativo impacto económico que tendrán en la plaza financiera de Hong Kong, una de las más importantes de Asia y del mundo.
Occupy Central es un movimiento de desobediencia civil creado en enero de 2013 cuyo objetivo es paralizar la actividad en el Distrito Central, el corazón financiero y comercial de la ciudad, si el gobierno local y el de Pekín no llegan a un acuerdo para la instauración del sufragio universal sin restricciones en Hong Kong para los próximos comicios de 2017.
El objetivo del movimiento es bloquear las carreteras y paralizar el funcionamiento diario en el distrito financiero haciendo un llamamiento a miles de manifestantes para que hagan una sentada indefinida en sus calles.
En junio pasado, Ocuppy Central organizó una consulta popular no oficial en la que unas 800.000 personas respaldaron la implantación del sufragio universal sin restricciones en Hong Kong.
El gobierno de la ciudad y el Ejecutivo de China no reconocieron esa consulta.
Finalmente, el pasado 31 de agosto, las autoridades de Pekín anunciaron su decisión de no permitir una elección abierta del próximo gobernante de Hong Kong en los comicios de 2017.
Según la decisión del Gobierno chino, esa elección será por sufragio universal, pero entre dos o tres candidatos que necesitarán el respaldo previo de un comité consultivo.
Esa decisión causó un fuerte desencanto en Hong Kong, donde muchos consideran que las autoridades habían prometido el sufragio universal para 2017, lo que acabó generando esta nueva oleada de protestas en la antigua colonia británica, que volvió al control chino en 1997.