El Gobierno de Ucrania teme que la concentración de tropas rusas junto a la frontera oriental del país pueda ser el preludio de una invasión, lo que obligó este sábado al primer ucraniano, Arseni Yatseniuk, a acortar su visita a Roma tras ser recibido por el papa Francisco.
Horas antes, el viceministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Danylo Lubkivsky, alertaba en la ONU que su país se enfrenta a una posible invasión rusa «en cualquier momento» y advirtió de que Ucrania se defenderá.
La actividad militar rusa al otro lado de la frontera se redujo ligeramente en el curso de la jornada de hoy, como admitió el ministro de Defensa ucraniano, Mijaíl Koval, quien, sin embargo, indicó que las tropas de Moscú se acercaron hasta 2-3 kilómetros de la línea de demarcación.
«Al mediodía cuatro aviones de transporte Il-76 volaron junto a nuestra frontera, pero en ningún momento la cruzaron», dijo Koval en conferencia de prensa.
El titular de Defensa opinó que los movimientos de tropas rusas junto a la frontera de Ucrania pueden también tener como objetivo hacer desistir al Gobierno de Kiev de la «operación antiterrorista» contra los separatistas prorrusos en las regiones del sureste del país.
«Debo decir que la operación antiterrorista continúa, aunque no a un ritmo elevado», admitió.
Las fuerzas de Seguridad y de las Fuerzas Armadas no emprendieron este sábado acciones contra las milicias separatistas atrincheradas en Slaviansk, el bastión de la sublevación prorrusa contra el Gobierno de Kiev.
En esa ciudad, las milicias mantienen retenidos desde este viernes a siete inspectores militares occidentales (tres alemanes, un polaco, un danés, un sueco y un checo), cinco oficiales ucranianos y al chófer del autobús en que viajaban.
Según los prorrusos, los inspectores fueron «detenidos» como sospechosos de espionaje en favor de la OTAN.
El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, no titubeó un instante para acusar a Rusia de estar detrás del «secuestro» de los militares occidentales.
«Este delito no pudo haberse cometido sin autorización u orden directa del Gobierno de Rusia, que coordina y apoya a terroristas que ocupan edificios, toman rehenes, torturan y matan a la gente», dijo Turchínov, citado por su oficina de prensa.
En Moscú, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia declaró hoy que adopta medidas para «resolver la «situación» de los inspectores militares occidentales retenidos.
«En el marco de sus posibilidades, la parte rusa toma medidas para resolver la situación creada por la detención junto a la ciudad de Slaviansk de inspectores militares de una serie de estados», señaló la cancillería.
Junto con anunciar su intervención para intentar conseguir la liberación de los inspectores militares, la cancillería rusa indicó que el Gobierno de Kiev debió haber «acordado previamente» su visita a esa región del país,
«Hubiera sido lógico esperar de las autoridades ucranianas que hubiesen acordado previamente los asuntos relativos a la permanencia, actividad y seguridad de los inspectores en regiones donde no controlan la situación y donde han lanzado un operación militar contra los habitantes de su propio país», agregó.
La escalada de tensión en la frontera ruso-ucraniana llevó este viernes a los países del G7 a decidir adoptar nuevas sanciones a Rusia por no cesar en su apoyo a las milicias prorrusas y para garantizar la celebración pacífica de las elecciones presidenciales ucranianas convocadas para el 25 de mayo próximo.
En una declaración conjunta, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Canadá y Japón, anunciaron su compromiso para «actuar urgentemente e intensificar las sanciones y otras medidas que incrementen los costes de las acciones rusas».
Los embajadores de los Veintiocho ante la Unión Europea se reunirán el próximo lunes en Bruselas para abordar la imposición de nuevas sanciones a Rusia por mantener su respaldo a las milicias sublevadas en el este de Ucrania.
Sanciones
Por su parte, el Gobierno estadounidense impondrá, en coordinación con sus socios del G7, nuevas sanciones contra miembros de la cúpula política y económica rusa a comienzos de la semana próxima, informaron este sábado altos funcionarios de la Casa Blanca.
En una conferencia de prensa a bordo del Air Force One, que trasladó al presidente Barack Obama de Corea del Sur a Malasia, el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, aseguró que las sanciones se anunciarán «muy pronto», posiblemente el lunes.
«Es importante actuar con rapidez, por lo que esperamos ver movimientos al comienzo de la semana entrante», afirmó el alto funcionario de la Casa Blanca, que no quiso especificar una fecha concreta.
«Vamos a enfocarnos en el tipo de sanciones que hemos impuesto en el pasado que tienen como objetivo individuos con activos importantes en la economía rusa e influencia dentro del liderazgo ruso», explicó Rhodes.
El asesor de Obama dijo que Estados Unidos se reserva «más severas sanciones por sectores» -algo que podría incluir el vital sector energético ruso- en caso de «una escalada mayor por parte de Rusia, como traspasar con tropas la frontera con Ucrania».
Los miembros del G7 anunciaron ayer imponer «urgentemente» nuevas sanciones a Rusia por no cesar en su apoyo a las milicias prorrusas sublevadas en el este de Ucrania.
Rhodes explicó que Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Canadá y Japón, se coordinarán para imponer las sanciones independientemente, pero de manera coordinada.
Pese a que la Casa Blanca descartó sanciones sectoriales por el momento, no negó la posibilidad que se incluya en la lista de personas sujetas a la congelación de sus bienes dentro de jurisdicción estadounidense a importantes empresarios rusos.
Mientras tanto, Rusia sigue concentrando varias decenas de miles de soldados, así como tanques y aviación, en las cercanías de su frontera con Ucrania, cerca de las regiones rusoparlantes ucranianas donde se han sublevado milicias contrarias al gobierno de Kiev.
Rhodes reconoció que una ampliación de las sanciones a Rusia para incluir a sectores estratégicos podría tener efectos en la economía mundial, al tiempo que aseguró que Washington entiende las preocupaciones existentes en el sector privado europeo por el impacto que éstas puedan tener.
El presidente Barack Obama cerrará su gira asiática en Filipinas el próximo martes y no llegará a Washington hasta el miércoles.