La coalición gobernante en Grecia se aseguró anoche los votos necesarios para aprobar el proyecto de ley de Presupuesto 2013, un requisito vital para que Atenas reviva su paquete de rescate internacional que le permita evitar la bancarrota.
Los diputados aliados a los partidos en el poder aprobaron el presupuesto con una holgada mayoría.
La luz verde que recibió la iniciativa sigue a una votación mucho más apretada que tuvo lugar recientemente para autorizar medidas de austeridad y reformas laborales también necesarias para recibir la asistencia financiera. Pero la medida ha caído como un jarro de agua fría entre la población.
Varios miles de griegos salieron a las calles de Atenas para protestar contra los recortes presupuestarios incluidos en las cuentas públicas para 2013. Según la Policía, unas 15.000 personas se congregaron en la Plaza de Syntagma, delante del Parlamento, convocadas por los principales sindicatos del país y los partidos izquierdistas.
Sin horizontes
«Abajo el Gobierno, fuera la troika», «No se irán si no los echamos», rezaban algunas de las pancartas de los manifestantes. «Este presupuesto va a destrozar nuestras vidas, nuestras familias y nuestras escuelas, y no será capaz de salvar a la economía griega», se quejó el profesor Nektarios Kordis, y recordó que el Gobierno pretende cerrar unas 2.000 escuelas en todo el país. «Nuestros alumnos no ven un futuro en Grecia ni tienen ya horizontes, nos preguntan qué va a pasar con este país», añadió. A pesar de las protestas, que transcurrieron de forma pacífica, el Parlamento votó a favor de unos Presupuestos severamente recortados, como exige la troika -Comisión Europea, el Banco Central Europeo y FMI- para conceder un nuevo tramo de ayuda financiera al país.
El recorte presupuestario será de unos 9.500 millones de euros, que se cebarán en las pensiones, los salarios públicos, la administración, la sanidad y las prestaciones sociales, mientras que se espera recaudar más a través del incremento de algunos impuestos y tasas.
Anoche la coalición gobernante no tuvo tantos problemas como tuvo el pasado miércoles para sacar adelante las nuevas medidas de austeridad.