El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó ayer que en la cumbre del G8 que acaba de iniciarse se abordarán políticas «de crecimiento» y se analizará cómo gestionar la crisis en la eurozona, y lo hizo tras recibir en la Casa Blanca al nuevo presidente francés, François Hollande, partidario de las mismas medidas económicas.
Ambos gobernantes, que asisten a la cumbre del G8 en Camp David, a las afueras de Washington, estuvieron de acuerdo en la «extraordinaria importancia» de la eurozona para la buena marcha de la economía global, según dijo Obama al término de la reunión, en una comparecencia en la que ninguno de los dos admitió preguntas.
Hollande ha impulsado en Europa el debate sobre la necesidad de combinar las políticas de austeridad para afrontar la crisis de la deuda con otras para impulsar el crecimiento.
Frente a la estricta defensa de la política de austeridad que hace la canciller alemana, Angela Merkel, la postura de Hollande sintoniza con la de su homólogo estadounidense.
Obama ha sido «muy claro» en que Europa necesita, como se ha aplicado en Estados Unidos, un «enfoque equilibrado» que combine el crecimiento y la creación de empleos con la austeridad y el control fiscal, como recordó este jueves el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Por otra parte Hollande reiteró ayer su intención de retirar las tropas francesas de Afganistán antes de fin del presente año, durante su encuentro con los medios de comunicación en el Despacho Oval de la Casa Blanca que compartió con el presidente Barack Obama.