El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación no comenta el comunicado de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), en el que la organización terrorista niega ser responsable del secuestro de dos españoles y una italiana en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) el 23 de octubre pasado.
Una portavoz del departamento que dirige en funciones Trinidad Jiménez ha justificado esta posición por la «sensibilidad» del tema y por el llamamiento que se ha hecho siempre desde este Ministerio sobre la necesidad de mantener la «discreción» en torno al secuestro.
Desde el primer momento en que se conoció el secuestro, la propia Jiménez ha asegurado en diversas ocasiones que el Gobierno trabaja para conseguir la liberación de los españoles (también en el caso de las dos cooperantes de Médicos sin Fronteras secuestradas en Kenia unos días antes), pero siempre ha apelado a la «prudencia y discreción» en favor de una resolución favorable de ambos casos.
Jiménez tampoco se ha referido nunca a quién puede estar detrás del secuestro de los españoles en Tinduf. El diario 'El País' informa este viernes de que AQMI le ha hecho llegar un comunicado en el que niega «cualquier responsabilidad en el secuestro de los europeos en el campamento de Tinduf».
Poco después del secuestro, los servicios de seguridad del Estado sospechaban que los españoles tenían que estar en manos de los mismos terroristas que mantuvieron cautivos a los tres catalanes de la ONG Barcelona Acción Solidaria (una célula de AQMI dirigida por Mokhtar Belmokhtar) o de un grupo parecido. «Si no son los mismos, son sus primos», comentaban entonces.
En este tipo de secuestros, es previsible que el grupo que mantiene cautivos a los occidentales exija primero reivindicaciones tales como que sus rehenes se conviertan al Islam o que se libere a islamistas retenidos en cárceles de la región.
No obstante, al cabo de un tiempo es inevitable entrar en la negociación en torno al pago de un rescate económico.