La Alta Comisionada de la ONU, Navi Pillay, abrió ayer la sesión especial del Consejo de Derechos Humanos sobre la situación en Siria abogando por el procesamiento de los responsables de los presuntos crímenes contra la humanidad cometidos en la represión de las protestas contra el régimen de Damasco.
Pillay subrayó ante el pleno «la importancia de depurar las responsabilidades de quienes han perpetrado crímenes contra la humanidad» y recordó que el informe publicado la semana pasada por su oficina constató la comisión organizada de esos crímenes.
«El pueblo de Siria debe recibir el respaldo en su lucha por los derechos fundamentales y las libertades, y el Consejo de Derechos Humanos puede jugar un papel vital en este tema», dijo Pillay ante los representantes de los 48 estados reunidos en Ginebra.
La Alta Comisionada indicó que ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que «considere referir la situación en Siria a la Corte Penal Internacional» para que tome cartas en el asunto.
Llamamiento
Pillay también hizo un nuevo llamamiento al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, para que «detenga inmediata y completamente la represión de las manifestaciones pacíficas, y ponga en libertad de manera incondicional a todos los detenidos en relación con su participación en las protestas».
«El Gobierno debería también permitir el regreso seguro y voluntario de los refugiados y desplazados internos a sus lugares de procedencia en Siria», agregó la representante de la ONU.
La responsable de Derechos Humanos expresó su satisfacción por la decisión del Gobierno sirio de permitir el acceso al país de una misión de evaluación humanitaria y pidió a Damasco que «permita el acceso pleno a los trabajadores humanitarios».
«Al mismo tiempo, las autoridades sirias deberían permitir el acceso sin restricciones para realizar una investigación y seguimiento de la situación de los derechos humanos», agregó.
Pillay no ahorró calificativos para describir la «gravedad de las violaciones de los derechos humanos en Siria, que aún continúan» y para denunciar «los brutales ataques contra los manifestantes».
Según sus datos, «a fecha de hoy más de 2.000 personas han sido asesinadas desde el inicio de las protestas a mediados de marzo, con más de 350 asesinados en toda Siria desde el inicio del Ramadán».
La de hoy es la segunda reunión extraordinaria que celebra este año el Consejo de Derechos Humanos sobre la situación en Siria, tras la celebrada el pasado 29 de abril tras el inicio de las protestas.