El último fugitivo del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), el serbo-croata Goran Hadzic, ha sido detenido, según informó este miércoles la radiotelevisión serbia B92 y confirmaron a Reuters las autoridades serbias.
Hadzic está acusado de crímenes contra la Humanidad presuntamente perpetrados en la región de la Krajina, en la autoproclamada república de los serbios de Croacia, entre 1991 y 1995. El presidente de Serbia, Boris Tadic, ha convocado una rueda de prensa de emergencia para las once de la mañana (hora local y española).
El pasado 26 de mayo, cuando fue detenido el ex comandante serbo-bosnio Ratko Mladic, Hadzic se convirtió en el último prófugo del TPIY y en el último escollo, en lo que a los fugitivos de guerra se refiere, para la posible adhesión de Serbia a la Unión Europea.
Hadzic está acusado de ordenar la muerte de cientos de croatas y no serbios de la Krajina y la deportación de otros miles. Goran Hadzic estuvo viviendo libre y abiertamente en Novi Sad, en el norte de Serbia, hasta el 13 de julio de 2004, cuando el TPIY presentó los cargos y trasladó a Belgrado la orden de arresto.
Fue entonces cuando Hadzic huyó inmediatamente de Novi Sad, con la ayuda de elementos nacionalistas de los servicios de seguridad serbios. Su fuga se mantuvo en secreto durante varios días, durante los cuales sus familiares aseguraron que seguía en su casa y la Policía negó que se le hubiera transmitido la orden de arresto.
Posteriormente, el TPIY hizo públicas unas fotografías tomadas una cámara de seguridad en las que se le veía huir de su casa, con una bolsa, en la tarde del 13 de julio.
Antes de su huida, Hadzic se había dedicado a actividades turbias, como el contrabando de madera de roble, vino o petróleo en crudo extraído de un pozo bajo control serbio. Había sido visto con frecuencia en compañía de Zeljko 'Arkan' Raznatovic, un líder paramilitar y 'capo' de los 'bajos fondos' de Belgrado por la época.