Los agentes de la Guardia Civil han iniciado una intensa campaña de inspección en las carreteras de España, centrándose específicamente en el control de los depósitos de combustible de los vehículos particulares. El objetivo principal es detectar el uso fraudulento del gasóleo agrícola, una práctica que se ha incrementado en los últimos meses debido al aumento generalizado de los precios del combustible.
¿Qué es el gasóleo agrícola y por qué está prohibido su uso?
El gasóleo agrícola, también conocido como gasóleo B, es un combustible especialmente destinado y subvencionado para su uso en maquinaria agrícola, actividades ganaderas, forestales y pesqueras. Se distingue fácilmente del diésel convencional por su característico color rojo, un tinte añadido específicamente para su identificación en los controles.
La diferencia de precio puede alcanzar los 0,30 euros por litro respecto al diésel convencional, lo que ha llevado a algunos conductores a intentar aprovecharse de esta ventaja fiscal de manera fraudulenta. Sin embargo, esta práctica constituye una grave infracción que puede acarrear importantes consecuencias económicas.
Sanciones y consecuencias legales
El uso no autorizado de gasóleo bonificado puede suponer multas de hasta 6.000 euros, variando según la cantidad de combustible fraudulento detectado y la reincidencia del infractor. Es importante destacar que esta infracción se considera de carácter fiscal, no de tráfico, por lo que no conlleva la pérdida de puntos del carnet de conducir.
Las gasolineras también están en el punto de mira, ya que aquellas que suministren gasóleo B a vehículos no autorizados pueden enfrentarse a importantes sanciones económicas y administrativas.