Los países de la UE se están poniendo en marcha para evaluar hasta dónde están dispuestos a llegar los bancos de forma voluntaria en el rescate a Grecia. De hecho, los líderes europeos analizarán las diferentes opciones para que el sector privado pase también por caja en el segundo plan de ayuda a Atenas en una cena hoy, dentro del Consejo Europeo programado para finales de semana.
En Alemania, representantes del Ministerio de Finanzas se reunieron ayer en Fráncfort con ejecutivos de las mayores entidades financieras alemanas -Deutsche Bank y Allianz- para discutir cómo puede participar el sector privado en el rescate. La banca alemana es la que más dinero tiene invertido en deuda griega con 24.095 millones. Solo el Deutsche Bank tendría una exposición de 1.600 millones.
En Holanda ha sido el propio primer ministro, Mark Rutte, quien ha confirmado que ya se han puesto en contacto con los mayores bancos del país sin citar nombres. Las mismas fuentes añaden que otros países que ya se habrían puesto en marcha en el mismo sentido serían Italia y Francia, cuyas entidades son las segundas con una mayor exposición a los bonos griegos.
Las bases
Los países de la UE van a fijar entre el 11 y el 12 de julio las bases de la incorporación del sector privado en el segundo rescate a Grecia para 2011 y 2014, cuyo monto se prevé que llega a 120.000 millones. Antes, el día 3, deben liberar el quinto tramo del crédito de 110.000 millones aprobado hace un año, que consta de 12.000 millones y sin el que Atenas caería en la insolvencia en agosto, lo que pondría a la eurozona en una difícil y desconocida tesitura -con España también en el disparadero-.
Para llegar hasta aquí ha sido vital que el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, superase la moción de confianza en el Parlamento, lo que allana el camino para que apruebe la semana que viene nuevos recortes pese al rechazo social a las duras medidas de ajuste.