Diversos incidentes protagonizados por estudiantes en varias ciudades, junto a las perturbaciones en el tráfico aéreo y ferroviario, sumadas al cierre de en torno al 20 por ciento de las gasolineras de Francia marcaron ayer la sexta jornada de protesta contra la reforma de las pensiones, que prevé alargar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años.
La tensión entre Gobierno y sindicatos se reflejó en esta nueva jornada de huelga, que apoyaron el 71 por ciento de los franceses, según un sondeo de CSA.
En el caso de la protesta estudiantil, una adolescente de quince años tuvo que ser hospitalizada por las heridas sufridas tras el estallido de una moto situada junto a un cubo de basura en llamas cerca de un instituto del distrito XV de París.
A primeras horas de la jornada los incidentes con participación de estudiantes en la ciudad de Nanterre, próxima a París, se saldaron con daños provocados en la sede del Tribunal de Comercio que las autoridades atribuyeron a acciones vandálicas.
En cuanto al suministro de combustible, diversos representantes de gremios empresariales alertaron de que la escasez provocada por los bloqueos en las refinerías está comenzando a afectar a sus actividades y la patronal advirtió de los daños económicos que puede causar la situación.
Preocupación
La presidenta de la organización patronal Medef, Laurence Parisot, se mostró «preocupada» por las consecuencias del corte en el suministro de combustible e hizo un llamamiento para que la situación vuelva a la normalidad lo antes posible.
La petrolera Total comunicó que una cuarta parte de sus gasolineras tenían problemas de aprovisionamiento y fuentes del sector confirmaron que las mayores dificultades para repostar gasolina se daban en las regiones de Normandía, Bretaña y el centro del país, especialmente al sur de la capital.