El movimiento reformista iraní reapareció ayer en Teherán con motivo de los prolegómenos de la festividad chií de la Ashura de hoy, en la que intervinieron los principales líderes de la oposición. Las fuerzas de seguridad reprimieron las manifestaciones contra el presidente Mahmud Ahmadineyad y contra el estamento clerical con gas lacrimógeno y disparos de advertencia, dejando al menos dos heridos durante los enfrentamientos, que se extendieron a lo largo del día en diversos puntos del país.
«Fuerzas de seguridad bien equipadas se están enfrentando violentamente contra partidarios de la oposición en muchas zonas del centro de Teherán», informó la página web reformista Jaras, citando testigos presenciales, y añadió que «la policía antidisturbios está disparando al aire en la plaza Enqelab para dispersar a los manifestantes, que coreaban consignas antigubernamentales».
A pesar de las advertencias de las autoridades a los reformistas, las manifestaciones se sucedieron en la festividad de la Tasoua, víspera de la Ashura, en la que se conmemora la muerte del nieto del profeta Mahoma, el imán Huseín. En respuesta, el Gobierno desplegó fuerzas antidisturbios, que disolvieron la manifestación y asediaron la sede de la agencia semioficial de noticias ISNA, donde se refugiaron algunos de los participantes que se encontraban en uno de los núcleos de la manifestación en la plaza del imán Huseín.
Los principales líderes reformistas, el ex presidente Mohamed Jatami y Mir Huseín Musavi, pronunciaron sendos discursos que fueron interrumpidos por la Policía y los partidarios del Gobierno, según informaron testigos presenciales. Varios partidarios de Musavi coreaban «Muerte al Dictador» en el norte de la capital iraní, donde Jatami tenía previsto ofrecer un discurso, antes de enfrentarse a la policía, según un residente.