El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aseguró ayer que no aceptará «jamás» la regularización masiva de inmigrantes «sin papeles» porque sería un «error trágico».
En una pequeña gira para hablar de seguridad por tres ciudades al norte de París, Sarkozy declaró que, mientras él sea jefe del Estado, no aceptará «una regularización global de aquéllos que no tienen papeles».
«Cada vez que se ha regularizado masivamente, se ha logrado un efecto contrario al que se buscaba. Se ha creado un efecto llamada» hacia los flujos migratorios, indicó el presidente francés, quien opinó que «la regularización de todo el mundo sería un error trágico».
Sarkozy recordó que «los españoles lo han hecho y han rectificado», y que «los italianos lo han hecho y actualmente se encuentran entre los que demandan con mayor firmeza el control de las fronteras europeas».
«Francia recibe cada año 100.000 personas (...), pero, si tratamos de la misma forma a los que tienen papeles y a los que no, entonces ¿por qué dar papeles a los que los solicitan?», se preguntó el jefe del Estado.
Insistió en que Francia es «generosa», pero, como dijo el ex primer ministro socialista Michel Rocard, no puede «acoger toda la miseria del mundo».
Sarkozy comparó el modelo estadounidense con el francés y subrayó que al otro lado del Atlántico «si usted está enfermo, no tiene derecho a entrar», mientras que en Francia si «usted está enfermo, se le cura».