El OIEA (Organismo Internacional para la Energía Atómica) criticó ayer a Irán por no cooperar lo suficiente para esclarecer los asuntos más controvertidos de su programa nuclear y advirtió de que su información sobre algunas de esas actividades está disminuyendo.
Según el último informe del organismo nuclear de la ONU, Irán no ofrece respuestas convincentes a los asuntos más delicados, como las posibles dimensiones militares de su programa nuclear y el origen de una nueva planta de enriquecimiento de uranio.
El documento confidencial agrega que, en contra de las exigencias internacionales, Irán sigue prohibiendo inspecciones sin aviso previo a su territorio y no aplica un acuerdo con el OIEA que le obliga a informar de antemano sobre la construcción de nuevas instalaciones nucleares.
Además, no ha suspendido su programa de enriquecimiento de uranio, un material especialmente delicado por su posible doble uso, civil y militar.
Irán reconoció en septiembre pasado que ha instalado cerca de la ciudad de Qom una segunda planta de enriquecimiento de uranio, supuestamente para el caso de que su planta principal, la de Natanz, sea atacada desde el exterior.
La planta de Qom, diseñada para apenas 3.000 centrifugadoras, aún no está en funcionamiento, algo que según informó Irán al OIEA debe suceder en el año 2011. El descubrimiento de esa planta aceleró en septiembre el proceso negociador con Irán, que por ahora vuelve a estar estancado.
El objetivo de la comunidad internacional es sacar de Irán la mayor parte de su uranio enriquecido para evitar que ese material pueda ser usado para la fabricación de una bomba atómica.
Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, insistió en que los derechos nucleares de su país son innegociables y que «únicamente Irán cooperará dentro del marco legal del OIEA».
«Irán está preparado para un diálogo constructivo y honesto con los países de Occidente en el terreno de la energía nuclear», afirmó Ahmadineyad.