Las autoridades de Xinjiang impusieron ayer el toque de queda en la capital, Urumqi, después de que se registraran nuevos enfrentamientos entre ciudadanos de la etnia han y de la etnia uigur, que siguen a los disturbios del domingo en esta región del noroeste del país en los que hubo 156 muertos, más de un millar de heridos y más de 1.400 detenidos.
El secretario del comité del Partido Comunista de China (PCCh) en Xinjiang, Wang Lequan, anunció que tras los últimos incidentes estará en vigor un toque de queda en Urumqi entre las 21:00 hora del martes y las 8:00 horas de hoy miércoles.
«Se debería prohibir la confrontación étnica definitivamente», consideró el dirigente comunista, que subrayó que «ni los hanes ni los uigures quieren ver que se ataca a los hanes y lo mismo ocurre a la inversa. Si los hanes atacan a uigures inocentes también es desgarrador».
Entretanto, numerosos hanes armados con barras de hierro y machetes se echaron ayer a las calles persiguiendo a residentes uigures en busca de venganza por los disturbios del pasado domingo, durante los que según las autoridades chinas manifestantes uigures atacaron indiscriminadamente a ciudadanos han.