La policía iraní puso ayer en libertad a «varios de los ochos empleados locales de la embajada británica» detenidos por su supuesta implicación en las protestas y los disturbios que han sacudido el país tras la polémica reelección del presidente, Mahmud Ahmadineyad.
Según el ministro de Inteligencia, Gholam Husein Mohseni Ejei, los empleados fueron enviados por la propia legación británica a las marchas para «recopilar información e inculcar ciertas ideas a los manifestantes y a la sociedad».
«Papel crucial»
«La Embajada británica desempeñó un papel crucial en los recientes disturbios a través de los medios de comunicación pero también de su plantilla», afirmó el ministro.
«Tenemos fotos y vídeos de ciertos empleados de la Embajada británica en las manifestaciones», agregó Ejaei, quien no precisó cuántas personas habían sido liberadas.
La agencia de noticias Fars anunció este domingo que la policía iraní había arrestado a ocho empleados locales de la embajada británica en Teherán por su supuesta implicación en los disturbios, en los que murieron al menos ocho personas.
Horas después, el ministro de Asuntos Exteriores, David Miliband denunció la acción como «un acto de acoso e intimidación totalmente inaceptable».