La crisis económica protagonizó ayer las manifestaciones del 1 de mayo, que se han realizado hasta el momento con calma, a excepción de la celebrada en Estambul, donde ha habido enfrentamientos con la Policía, y las de Alemania, a causa de las marchas convocadas por los neonazis.
Con participaciones no demasiado elevadas -sólo ha sido masiva la de Moscú, que ha reunido a más de 70.000 personas- las tradicionales manifestaciones del Primero de Mayo se han desarrollado en medio de una tensa tranquilidad y de fuertes reclamaciones de medidas políticas para paliar la crisis económica.
Además ha habido espacio para preocupaciones específicas nacionales, como en Italia, donde la situación de las víctimas del reciente terremoto de L'Aquila ha sido el principal punto de las reivindicaciones.
Los principales problemas de la jornada se han registrado en Estambul, donde ha habido enfrentamientos entre la policía y manifestantes de izquierdas que intentaban alcanzar la céntrica plaza de Taksim.
La Policía estableció un fuerte dispositivo de seguridad y utilizó gas lacrimógeno y agua a presión para dispersar a los manifestantes, algunos de los cuales resultaron heridos leves y otros detenidos, de lo que aún no se ha informado oficialmente.
Y en Alemania, los enfrentamientos causados por las marchas neonazis convocadas en Berlín, Maguncia, Ulm y Hamburgo por el Partido Nacional Democrático Alemán (NPD) fueron la nota predominante de la jornada. En Berlín, centenares de jóvenes ocuparon los andenes del metro y otros accesos a la central del NPD en el barrio de Kopenick, donde pretendía hablar el presidente del partido, Udo Voigt.
Los antidisturbios se emplearon a fondo.