Ea jornada electoral para los comicios presidenciales en El Salvador transcurrieron ayer con una normalidad reconocida unánimemente y únicamente alterada por la emoción de la incertidumbre que suscitan los pronósticos y la posibilidad de un resultado histórico. Una victoria del candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL), Mauricio Funes, pondría término a 20 años consecutivos de gobiernos de la conservadora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que presenta la candidatura de Rodrigo Àvila, con tantas posibilidades de ganar como su único contrincante, según todos los pronósticos.
Los observadores electorales de le Organización de Estados Americanos (OEA) y de la UE coincidieron en destacar que la normalidad y la asistencia masiva a las urnas caracterizaron de forma predominante la jornada de votación. Los dos únicos contendientes también subrayaron el clima festivo por encima de incidentes aislados.
«La jornada esta siendo una fiesta, y así va a seguir siendo hasta la hora en que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se ha comprometido a ofrecer los primeros resultados oficiales», dijo Funes en una entrevista con el Canal 21 de la televisión salvadoreña. El candidato el ex guerrillero FMNL, no obstante, protestó poco después de emitir su voto contra «las irregularidades que, según él, ha cometido ARENA durante la campaña electoral».
«ARENA ha continuado haciendo propaganda después de terminada oficialmente» el pasado miércoles la campaña electoral y «ha movilizado a ciudadanos centroamericanos, a los que ha habilitado para votar» ilegalmente a favor de su candidato, denunció Funes.
Àvila rechazó las denuncias de fraude que ha lanzado el FMNL durante la campaña electoral, instó a su rival a aceptar el resultado de las elecciones y destacó la normalidad con que se ha desarrollado la jornada de votación. El procurador de El Salvador para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, Oscar Luna, quien encabeza una misión de observadores electorales, también destacó «la transparencia» y la sintonía democrática con que se ha desarrollado la asistencia a las urnas por encima de incidentes que calificó de «aislados».