El Gobierno estadounidense se plantea enviar personal diplomático a Irán, país con el que no mantiene relaciones desde la caída del shah en 1979, y abrir muy próximamente una oficina de intereses en Teherán y emprender un pacto en el programa nuclear.
Así lo afirma el diario británico The Guardian, que en su edición de ayer asegura que el anuncio de la inauguración de la oficina se producirá el mes próximo. Washington no ha negado esa información.
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La afirmación del diario coincide con el anuncio de EE UU, el martes, de que enviará al «número tres» de su Departamento de Estado, William Burns, a las conversaciones que este sábado se celebrarán en Ginebra entre el representante de política exterior de la UE, Javier Solana, e Irán.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, no negó la información de The Guardian y se limitó a indicar que no habla sobre «las deliberaciones internas del Gobierno de EE UU».
Hace tres semanas, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, pareció confirmar el interés de Washington en enviar representantes diplomáticos a Teherán, al indicar que el pueblo iraní merece «algo mejor» y EE UU quiere fomentar las visitas de iraníes a su territorio. McCormack declaró ayer que «es bastante evidente, a raíz de nuestros esfuerzos de los últimos años, que tenemos un interés verdadero en acercarnos al pueblo iraní y lo estamos haciendo de varias maneras».
La prensa estadounidense ya ha recogido en las últimas semanas, en especial tras las declaraciones de Rice, la posibilidad de que Washington abra una oficina de intereses en Teherán dentro de una embajada extranjera, similar a la que mantiene en La Habana dentro de la legación de Suiza.
Esta oficina de intereses tendría que emitir visados a los ciudadanos iraníes que quieran viajar a EE UU, promover los lazos educativos y culturales, y servir de ojos a Washington acerca de lo que sucede en Irán. EE UU no cuenta con una presencia sobre el terreno que conozca verdadera situación en el país y eso se les ha sido recriminado a la hora de negociar.