La Policía de la Misión de la ONU en Kosovo (MINUK) recibió ayer la orden de retirada del norte del nuevo Estado, concretamente, de la ciudad de Mitrovica. Naciones Unidas optó por esta drástica decisión después de que centenares de serbios contrarios a la reciente independencia unilateral se resistiesen a abandonar un tribunal tomado desde el viernes, al que medio millar de policías acudieron para desalojarles. El presidente serbio, Boris Tadic, pidió contención a las fuerzas de la OTAN y Naciones Unidas, para que se abstengan de «un uso excesivo de la fuerza» en Mitrovica.
Todo se inició cuando un despliegue de unos 500 agentes de Policía de la ONU respaldados por la OTAN tomaron por la fuerza el control de principal tribunal de la ONU en Mitrovica, ocupado desde hace tres días. Los policías dispararon gases lacrimógenos para tratar de dispersar a los centenares de ciudadanos congregados, en medio de violentos enfrentamientos en los que 75 policías y militares internacionales resultaron heridos y más de 50 personas fueron detenidas.
Un portavoz de la OTAN en Kosovo, Etienne du Fayet de la Tour, indicó que los miembros de la KFOR recibieron disparos de armas automáticas: «Nosotros usamos armas automáticas para responder pero realizamos sólo disparos de advertencia».
Al parecer, los serbios, además de disparar a las fuerzas de Naciones Unidas, emplearon también piedras y otros objetos, algunos de ellos explosivos, para evitar el desalojo. Además, según un portavoz de la OTAN, decenas de personas atacaron a un convoy de Naciones Unidas que trasladaba a varios de los arrestados, una de las acciones con las que los manifestantes consiguieron liberar a algunos de sus compañeros.
En consecuencia, «a la policía de la misión de la ONU se le ordenó la retirada del norte debido a los violentos enfrentamientos que están teniendo lugar», explicó un portavoz de Pristina.