El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ofreció ayer a Ankara un esperado alto el fuego, pero con condiciones. Como principal premisa, Turquía deberá renunciar «a sus proyectos de incursión».
El comunicado llega en plena tensión por el atentado perpetrado el domingo por miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y que causó, además de 12 muertos y 16 heridos entre los militares turcos, la desaparición de otros ocho más, según confirmó ayer el Ejército. Entretanto, desde el Ejecutivo turco se sigue defendiendo la diplomacia con Irak como opción para evitar una operación transfronteriza contra los guerrilleros kurdos, hasta que no haya «más remedio que utilizar la fuerza».
En un comunicado, los milicianos del PKK se mostraron «dispuestos a observar un alto el fuego si el Ejército turco deja de atacar nuestras posiciones, abandona sus proyectos de incursión y se compromete con la paz». «Apelamos a una solución pacífica y queremos tomar distancia frente a la violencia» añade el comunicado, exigiendo además «la libertad de acción política» y los «derechos culturales e identitarios, como prevé la Declaración Internacional de los Derechos del Hombre. Asimismo, «reclamamos a Turquía que respete el derecho del pueblo kurdo» agregaba el comunicado.