EFE-LONDRES
Israel pudo usar una nueva bomba secreta de uranio durante la guerra de 34 días contra el Líbano del verano pasado, que causó más de 1.300 muertos, la mayoría civiles libaneses, según una investigación del periodista británico Robert Fisk.
En un artículo publicado ayer por «The Independent», Fisk explica que muestras recopiladas por científicos en dos cráteres de bomba en las localidades del sur libanés donde hubo cruce de fuego entre los israelíes y la milicia chií Hezbolá, sugieren que el Ejército judío usó munición con base de uranio.
El periodista tuvo acceso a un informe del secretario científico del Comité europeo sobre riesgo de radiación, el británico Chris Busby, que afirma que dos muestras de tierra que recibieron el impacto de bombas pesadas o guiadas por láser israelíes muestran «signos de elevada radiación».
Ambas muestras fueron remitidas al laboratorio Harwell de Oxfordshire, sureste inglés, para volver a ser examinadas y, según apunta el veterano corresponsal, se han detectado isotopos de uranio. En su informe inicial -escribe Fisk- el profesor Busby expuso dos posibles explicaciones para el terreno contaminado: que hubiera sido impactado por un pequeño artefacto experimental de fisión nuclear, u otro tipo de arma basada en la alta temperatura de oxidación del uranio; o que se tratara de un arma convencional de penetración de uranio que hubiera empleado uranio enriquecido en lugar de reducido.
El uranio enriquecido, recuerda el reportero, se produce a partir de los yacimientos naturales de ese mineral y se utiliza como combustible para los reactores nucleares.
Como residuo del proceso de enriquecimiento se obtiene uranio reducido, un metal muy duro, aunque menos radiactivo, empleado para penetrar objetos blindados.