NAWEED HAIDARY-KABUL
Al menos 63 desplazados murieron el miércoles en un bombardeo de la OTAN en el sur de Afganistán, denunciaron ayer fuentes locales, mientras la Alianza afirmó que murieron 48 talibanes pero admitió que «pudo causar» bajas civiles.
Fuentes del Consejo Provincial de Kandahar aseguraron que las fuerzas de la OTAN bombardearon una zona en la que se refugiaban, en tiendas de campaña, muchas familias que habían perdido sus viviendas en anteriores combates en esa conflictiva provincia.
«Esa noche recogimos 61 cadáveres y otras dos personas murieron en el hospital de Kandahar», afirmó un miembro del Consejo Provincial, Nic Mohammad, quien mostró su «fuerte condena a este acto de la OTAN» y aseguró que presentará en Kabul pruebas de lo sucedido.
Se trata del mayor número de bajas civiles causado por las tropas de la Alianza en un sólo bombardeo desde la invasión de Afganistán por parte del Ejército de EEUU en 2001.
La Alianza había indicado el miércoles en un comunicado que 48 militantes talibanes murieron en bombardeos en el sur del país, pero Mohammad se mostró «totalmente seguro» de que «ni una sola de esas 48 personas eran talibanes, todos eran civiles, entre ellos mujeres y niños».Mohammad explicó que, además de las víctimas mortales, al menos 35 personas fueron trasladadas con heridas al hospital de Kandahar, donde todavía permanecen ingresadas veinte de ellas.
Uno de los heridos, Hah Wali, explicó desde el hospital que el ataque se produjo de madrugada, y que en él perdió a cinco miembros de su familia, entre ellos su mujer y su hija.
El portavoz del Ministerio de Interior afgano, Zemarai Bashary, confirmó que la ISAF causó víctimas civiles en tres ataques ocurridos anteayer en el distrito de Panjwayi de la provincia meridional de Kandahar, pero no especificó cuántas.
El bombardeo de civiles se produjo en plena festividad musulmana del Eid, que celebra el final del ayuno del Ramadán.