El mando militar norteamericano en Irak negó que grupos de insurgentes hubiera asaltado ayer la ciudad rebelde de Ramadi y controlado las calles de la localidad durante varias horas. Según testigos citados por cadenas de televisión árabes, un grupo de unos 400 hombres, armados con subfusiles y lanzagranadas clase ARPG, tomaron varios edificios y atacaron una base estadounidense antes de retirarse.
«A las 14:00 horas local (12:00 en Balears) no hay signos de actividad insurgente significativa en la ciudad. Cuatro horas antes fue lanzada una granada de ARPG contra un puesto de observación de una base estadounidense-iraquí, sin causar víctimas ni daños», explicó el capitán Jeff Pool. El oficial, responsable de relaciones con la prensa en la zona de Ramadi, insistió en que no ha habido ningún otro incidente en la ciudad, uno de los grandes bastiones de la insurgencia en el oeste del país.
En su opinión, los rumores propalados este jueves sobre el supuesto asalto «demuestran lo desesperados que comienzan a estar los insurgentes». El corresponsal de la cadena de televisión por satélite árabe «Al-Arabiya» insistió en que los insurgentes controlaron las principales calles de la ciudad durante varias horas hasta que decidieron retirarse.El incidente coincide con el inicio el miércoles de la nueva ofensiva del Ejército estadounidense para reducir los focos rebeldes en Ramadi y el resto de la provincia de Al-Anbar, corazón insurgente en el país.
Los ataques en Ramadi ocurrieron mientras líderes tribales locales y oficiales militares estadounidenses se disponían a mantener su segunda reunión en una semana en la oficina del gobernador. Los insurgentes aparentemente intentaron dispara contra el edificio, pero no se produjeron daños o heridos. Según el teniente de Policía, Mohamed al Obaidi, indicó que al menos cuatro rondas de mortero cayeron cerca de una base estadounidense en la parte este de la ciudad, pero no hay datos de heridos.