Juan Pablo II, Karol Wojtyla, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, Obispo de Roma, 264 sucesor del apóstol San Pedro, tercer pontificado más longevo de la historia, sexto jefe del Estado Vaticano, nació en Wadowice, un pequeño pueblo al sur de Polonia, el 18 de mayo de 1920.
Hijo de un obrero y oficial del Ejército polaco, Karol Wojtyla terminó en 1938 sus estudios de bachillerato y se matriculó en la Facultad de Filología Polaca de la Universidad Jagellonica de Cracovia. Pero se vio obligado a suspender sus estudios cuando el primero de septiembre de 1939 los nazis ocuparon Polonia.
Fichado por la Gestapo, se refugió en una buhardilla de Cracovia. Trabajaba durante el día como obrero en unas canteras de piedra y más tarde en las industrias químicas "Solvay", al tiempo que siguió sus estudios en horario nocturno.
En esa época conoció al célebre actor Mieczyslaw Koltarszyk, creador del teatro Rapsódico, y Wojtyla se unió a su grupo, con el que interpretó papeles de contenido patriótico.
También participó en la resistencia contra Alemania para ayudar a salvar a familias judías. Posteriormente, la situación de Wojtyla se complicó en Polonia y se vio obligado a buscar refugio en los subterráneos del arzobispado de Cracovia.
En 1942 ingresó en el seminario clandestino que había fundado
monseñor Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, y comenzó la
carrera de Teología.
El primero de noviembre de 1946 cantó misa en la capilla privada de
Sapieha.
Poco después se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la
Facultad de Filosofía del Pontificio Ateneo "Angelicum", obteniendo
el doctorado en Teología con la tesis "El acto de Fe en la doctrina
de San Juan de la Cruz".
En 1948 regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowic, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses.
En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para
ejercer la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad
Jagellonica.
El 17 de agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de
San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos
años, alternándolo con su trabajo de consejero de los estudiantes y
graduados de la Universidad estatal de esa ciudad.
Nombrado profesor de Teología Moral y Etica Social del seminario metropolitano de Cracovia, el primero de octubre de 1953, comenzó en 1954 a impartir clases de Etica en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublín, en la que dos años después fue nombrado director de la Cátedra de Etica.
El 4 de julio de 1958, a los 38 años, Pío XII le nombró obispo auxiliar de la archidiócesis de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo Baziak.
A partir del 11 de octubre de 1962, el obispo Wojtyla comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II, destacando sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa.
Clausurado el Concilio, el 8 de diciembre de 1965 pasó a formar parte de las Congregaciones para los Sacramentos y para la Educación Católica, y del Consejo para los Laicos.
Tras el Concilio publicó "Amor y responsabilidad" y "Mandamientos de la renovación del Concilio Vaticano II". En 1962, al morir el arzobispo Baziak, fue nombrado vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente Pablo VI le eligió arzobispo de Cracovia.
El 29 de mayo de 1967 fue creado cardenal, lo que le convirtió
en el segundo más joven de la Iglesia Católica, con 47 años.
En agosto de 1978 murió Juan Pablo I, tras un pontificado de 33
días, y el 16 de octubre de 1978 Karol Wojtyla fue elegido sucesor
de San Pedro, con el nombre de Juan Pablo II, convirtiéndose, con
58 años, en el Papa más joven del siglo y en el primero no italiano
desde el holandés Adriano VI (1552).
Tres días después de su elección viajó a Castel Gandolfo y el 5
de noviembre visitó Asís, el primero de sus 144 viajes por
Italia.
El 3 de diciembre de 1978 visitó la parroquia romana de San
Francesco Saverio, la primera de las más de 300 visitadas en la
Ciudad Eterna.
El 25 de enero de 1979 comenzó en México y la República Dominicana
el primero de sus 104 viajes fuera de Italia. El último fue el
pasado 14 y 15 de agosto al santuario mariano de Lourdes, en
Francia.
El 4 de marzo de 1979 publicó la encíclica "Redemptor hominis", la primera de las catorce escritas en estos 25 años. La última fue "Ecclesia de Eucharistia", del 17 de abril de 2003.
Juan Pablo II convocó para el 28 de junio de ese año el primero de sus nueve consistorios, coincidiendo con sus 25 años de Pontificado y en el que nombró 31 nuevos purpurados.
A lo largo de sus casi 26 años de pontificado creó un total de 232 cardenales, de ellos uno "in pectore", es decir que mantiene su nombre en secreto mientras así lo considera el Papa.
El 13 de mayo de 1981 resultó herido de gravedad en el abdomen y la mano en un atentado perpetrado por el terrorista turco Ali Agca, lo que desencadenó una serie de dolencias que le llevaron al quirófano en repetidas ocasiones.
Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un Papa a una iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada mundial de oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del arzobispo Marcel Lefebvre (1988).
Este año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II visitó la ortodoxa Atenas y entró en una mezquita, la de Damasco, siendo la primera vez que un Pontífice romano pisaba una mezquita y oraba en su interior.
Asimismo, figuran el primer encuentro de un Papa con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Año Santo de 1983, a partir del cual creó las Jornadas mundiales de la Juventud, celebradas en Roma (varias veces), Buenos Aires, Santiago de Compostela (España), Denver (EEUU), Manila, Czestochowa (Polonia), París y Toronto (Canadá) en el 2002.
La Jornada del Año 2000 reunió en Roma a más de dos millones de jóvenes procedentes de todo el mundo, en la mayor concentración de jóvenes en Occidente.
También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, en diciembre de 1989, que marcó el final de los regímenes comunistas europeos y la normalización de la Iglesia católica en dichos países, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por el presidente Fidel Castro.
Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho Canónico Latino (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal de la Iglesia Católica (1992), fruto del Sínodo especial de Obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.
Su gran deseo era llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa e introducir la Iglesia en el tercer milenio. Lo consiguió, al igual que su anhelado viaje a Tierra Santa.
En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa. Visitó el Monte Nebo, donde Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y varias localidades de Galilea.
Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 "los derechos nacionales" del pueblo palestino y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1994, ofició misa en la Plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo Sepulcro.
En el mes de mayo de 2000, en su tercer viaje a Fátima (el último de los cuatro realizados a Portugal), beatificó a Jacinta y Francisco, los dos pastorcillos a los que se apareció la Virgen en 1917 y a petición propia se desveló el tercer secreto de Fátima referido al atentado que Juan Pablo II sufrió en 1981.
Los otros dos secretos, que forman parte de un mismo mensaje, fueron desvelados hace años. Se referían a la visión aterradora del infierno, la devoción al Corazón Inmaculado de María, al final de la Primera Guerra Mundial y comienzo de la Segunda, la conversión de Rusia y el fin del comunismo.
A mediados de marzo de 2004 pasó a ser el tercer Papa que más
tiempo permaneció en el trono de Pedro.
Juan Pablo II no ha ido a Moscú, un viaje deseado ardientemente, ya
que el patriarcado ortodoxo de Moscú es el más importante y un
abrazo con el patriarca Alejo II habría supuesto un gran paso para
esa anhelada unidad de los cristianos.
Tampoco ha pisado China, donde los católicos siguen estando perseguidos.