La comunidad internacional se solidarizó ayer con los atentados perpetrados en Madrid. El presidente George W. Bush encabezó los actos de homenaje en Estados Unidos a las 199 víctimas de los atentados, mientras las autoridades norteamericanas ya no acusaban directamente a la organización armada ETA de la matanza.
Bush depositó una ofrenda floral en la residencia del embajador de España, Javier Rupérez, cuyo país fue uno de los aliados más firmes del Gobierno norteamericano en la guerra en Irak.
«El pueblo español se mantendrá firme contra este tipo de matanzas y cuenta con la amistad del pueblo estadounidense»,
declaró el mandatario, quien reiteró su apoyo al Gobierno de José María Aznar, al que recibió el pasado 21 de febrero en su rancho de Crawford (Texas, sur).
«De verdad aprecio la muy firme posición adoptada por su gobierno contra el terrorismo, contra las organizaciones terroristas, como por ejemplo ETA. Estados Unidos los apoya firmemente, ya que trabajamos para lograr un mundo más pacífico y libre», declaró.
Por su parte, el primer ministro laborista Tony Blair instó a sus compatriotas a permanecer alerta frente al terrorismo puesto que «todos los grandes países del mundo hacen frente a la misma amenaza».«La generación de mi padre luchó contra el nazismo y se acabó. Mi generación creció durante la Guerra Fría y ahora se ha terminado«, añadió Blair.
«En España, millones de personas tomarán las calles y nosotros estaremos con ellos en espíritu y solidaridad», concluyó el primer ministro refiriéndose a las manifestaciones convocadas ayer en Madrid y numerosas ciudades españolas.
El jefe de Estado francés, Jacques Chirac, «traumatizado» por los atentados de Madrid, dijo ayer, tras reunirse con el ex presidente de EEUU Bill Clinton, que la lucha contra el terrorismo exige una solidaridad «sin fisuras».