El presidente estadounidense, George W. Bush, anunció el compromiso del líder libio, Muamar el Gadafi, de renunciar a las armas de destrucción masiva y a sus misiles balísticos, mientras el primer ministro británico, Tony Blair califica de «valiente» e «histórica» la decisión.
Tanto Bush, desde Washington, como Blair, desde Durham, en el norte de Inglaterra, afirmaron que Libia está dispuesta a que inspectores internacionales entren para investigar los programas de armas químicas, biológicas y nucleares en un proceso «transparente».
Según los mandatarios, Libia emprendió negociaciones secretas con Estados Unidos, el Reino Unido y la ONU desde el juicio contra dos agentes libios por el atentado contra un avión estadounidense que cayó sobre la localidad escocesa de Lockerbie en 1988, que se saldó con un balance de 270 muertos.
Las conversaciones que condujeron a este anuncio se iniciaron hace nueve meses cuando enviados personales de Gadafi contactaron con Bush y Blair, declaró el presidente estadounidense.
A través de esos emisarios, Gadafi «nos comunicó su disposición a realizar un cambio decisivo en la política de su gobierno», continuó Bush.
El mandatario estadounidense afirmó que Libia ha entregado a expertos de inteligencia de Londres y Washington «documentación de los programas y actividades químicos, biológicos, nucleares y de misiles balísticos de ese país».
Afirmó que expertos estadounidenses «se han reunido directamente con funcionarios libios para conocer detalles adicionales» y que los inspectores internacionales elaborarán un informe de los programas de armas y supervisarán su eliminación.