Con la captura de Sadam aún fresca, el presidente explicó sus ideas sobre qué hacer con el prisionero, aunque sin dar muchas precisiones. «Trabajaremos con los iraquíes para desarrollar la forma de llevarlo ante la justicia con escrutinio internacional», afirmó Bush, quien dijo que el destino final de Sadam recae sobre el pueblo iraquí. Sin embargo Bush no aclaró dónde y quién juzgará a Sadam Husein, un tema que está dando lugar a muchas especulaciones, pero sí aseguró que el juicio «debe ser público» dada la magnitud de las acusaciones que puede afrontar el ex líder iraquí.
Bush aprovechó el acontecimiento positivo que supuso para su gobierno la captura de Sadam Husein para ofrecer una conferencia de prensa, en la que trató de cerrar el año destacando las buenas noticias. George W. Bush también empleó a su favor el arresto de Husein para validar su política de ataques preventivos para evitar atentados como los del 11-S y la guerra contra el terrorismo, en la que su Gobierno se empeña en incluir la invasión de Irak de marzo pasado. «Voy a afrontar las amenazas que surjan», aseguró y avisó de que está decidido a evitar atentados terroristas como los de septiembre de 2001.
Además, Bush no se arrepintió de los conflictos diplomáticos que su política sobre Irak ha generado con algunos aliados de EEUU, como Alemania o Francia, y reafirmó la política de su Gobierno de impedir el acceso a contratos de reconstrucción a estos países.
Preguntado sobre si es partidario de que Sadam Husein sea condenado a muerte, el presidente estadounidense, quien como gobernador de Texas firmó el cumplimiento de 152 penas capitales, no ocultó que tenía «ideas propias» sobre qué hacer con el antiguo presidente iraquí.