EFE/FRANCE PRESS-LONDRES
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llegó anoche a
Londres acompañado por su esposa, Laura, para empezar una visita de
estado de tres días al Reino Unido, invitado por la reina Isabel
II. Entre impresionantes medidas de seguridad, el avión
presidencial, «Air Force One», aterrizó en el aeropuerto de
Heathrow, al oeste de la capital, donde la pareja fue recibida en
privado por el príncipe Carlos, heredero al trono británico.
La comitiva se desplazó después, en helicóptero, hasta el Palacio de Buckingham, residencia de la reina, donde Bush y su esposa se alojarán hasta el viernes. La visita del dirigente estadounidense ha puesto a Londres en una «alta» alerta de seguridad.
Ante la creciente amenaza terrorista y la oposición que la visita ha suscitado en el país, el Gobierno británico, en colaboración con la Casa Blanca, ha puesto en marcha un dispositivo sin precedentes.El imponente despliegue de agentes del orden -que costará unos 14 millones de euros al contribuyente británico- no impidió que anoche varios grupos de manifestantes protestaran frente al Palacio de Buckingham, convertido en una fortaleza, y en la galería de arte Tate Modern. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, se quejó ayer del alto coste para los londinenses que acarrearán las medidas de seguridad desplegadas en la visita de Bush. Mientras, sesenta intelectuales o personalidades británicas y estadounidenses escribieron cartas abiertas a Bush en un suplemento especial titulado 'Querido George', publicado ayer por el periódico británico 'The Guardian'.