Cuando se cumplen exactamente dos años desde que EEUU lanzó en Afganistán la guerra contra el terrorismo, Washington ultima un plan para cambiar su estrategia tanto en este país como en Irak y acelerar la reconstrucción de ambas naciones.
En los últimos meses, el Gobierno del presidente George W. Bush se ha visto acosado por las acusaciones acerca de la falta de progresos en la normalización de los dos países invadidos, algo que comienza a verse reflejado en las encuestas de popularidad.
Ante esta situación, la Casa Blanca pretende supervisar de modo más estrecho los esfuerzos de reconstrucción y, en el caso de Irak, prevé la creación de un «Grupo de Estabilización» que estará directamente al cargo de la asesora de Seguridad Nacional de Bush, Condoleezza Rice.La iniciativa es «algo común cuando se trata de coordinar los esfuerzos de varias agencias estatales», dijo ayer Bush durante una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca con su colega keniano, Mwai Kebaki. La tarea de Rice será «prestar apoyo a los esfuerzos del Pentágono y el jefe de la administración estadounidense interina, Paul Bremer» en Irak, agregó.
El presidente no quiso contestar a la pregunta de si la reestructuración resta poder al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en las operaciones en Irak. El gobierno turco pidió el lunes la autorización del parlamento para enviar tropas a Irak, donde dos ex soldados iraquíes murieron al ser alcanzados por disparos de militares estadounidenses, que a su vez fueron blanco de un ataque de obuses de mortero en Kirkuk (norte).