EFE-NAIROBI/JERUSALÉN
«No se puede descartar que sea una acción del mismo grupo que nos
atacó en 1998», dijo Mudavadi a la prensa tras visitar el hotel
«Paradise Mombasa», situado a unos 25 kilómetros al norte de la
principal ciudad turística de la costa keniana del Indico. Al menos
15 personas murieron y una ochenta resultaron heridas en el ataque
suicida con un coche bomba lanzado a toda velocidad contra el
establecimiento hotelero, cuyos propietarios son israelíes y en el
que se albergan numerosos turistas de esa nacionalidad.
Entre las víctimas mortales se encuentran tres de israelíes, dos de ellos niños, y nueve kenianos, todos trabajadores del establecimiento hotelero, además de los tres ocupantes del vehículo todoterreno utilizado en el ataque, según las autoridades locales. Cinco minutos antes de producirse el atentado, un avión de la compañía de vuelos chárter israelí Arkia, con 261 personas a bordo y que cubría el trayecto entre Mombasa y Tel Aviv, había sido atacado con misiles después de despegar del aeropuerto local, pero el aparato no fue alcanzado y continuó viaje hacia la antigua capital de Israel.
Emisoras de radio locales citaron al embajador de Kenia en Israel, John Sawe, quien manifestó desde Tel Aviv poco después de ocurrir los ataques que no tenía «ninguna duda de que Al Qaeda está detrás de estos atentados». Una hasta ahora desconocida organización palestino-islámica, Yesh Palestine ('El Ejército de Palestina'), se ha adjudicado, sin embargo, la autoría de los dos ataques. Un portavoz del grupo dijo al canal de televisión Al Manar, de la milicia integrista Hizbulá, en Beirut, que el doble atentado se llevó a cabo con motivo del 55 aniversario de la aprobación por la Asamblea General de la ONU del Plan de Partición de Palestina para que sus comunidades árabe y judía establecieran sus respectivos estados independientes y que, afirmó, nunca fue cumplido.