El embajador de Argentina ante la Unión Europea (UE), Roberto Lavagna, aceptó ayer hacerse cargo de la cartera de Economía de su país, después de múltiples consultas que llevó a cabo en los últimos días el presidente Eduardo Duhalde. Lavagna, de 60 años, que llegó ayer a Buenos Aires procedente de Bruselas, tendrá que afrontar una de las peores crisis económicas en la historia reciente de Argentina que ha sumido al país al borde de la explosión social.
El nuevo ministro sustituye a Jorge Remes Lenicov, quien renunció al cargo el martes y precipitó una crisis gubernamental que forzó a Duhalde a replantearse su gestión y reforzar su base política. «Aceptó sin ningún tipo de condicionamientos», dijo el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, al dar detalles sobre el nombramiento de Lavagna. Desde el martes, Duhalde mantuvo múltiples contactos con prestigiosos economistas y dirigentes políticos para encontrar un ministro de Economía, aunque desde el jueves Lavagna se perfilaba como el favorito para ocupar el cargo. Antes de reunirse con Duhalde, Lavagna, declaró en una rueda de premsa realizada a los periodistas que en la Unión Europea hay «muchas preguntas» sobre las razones que precipitaron la crisis argentina, considerando «el enorme potencial que tiene» su país.
Mientras, los bancos argentinos registraron desde primeras horas de la mañana de ayer largas colas de clientes, después de permanecer cuatro días cerrados, a pesar de que no están autorizados a realizar operaciones con dinero en efectivo, ni acreditar cheques, ni transacciones de divisas. La gente repitió durante la mañana el ritual de recorrer cajeros automáticos en busca de algo de efectivo. Sólo al mediodía los bancos cumplieron con la promesa de recargar las máquinas, que durante cuatro días no expendieron dinero.