El Ejército israelí intensificó en las últimas horas sus operaciones militares en los territorios palestinos como represalia al atentado y las dos emboscadas del pasado fin de semana que acabaron con la vida de 21 israelíes. Precisamente 21 palestinos, la mayoría de ellos civiles, fallecieron en las últimas operaciones efectuadas en las localidades de Jenín, Rafá, Al Amari, Tamún y Belén. Asimismo, helicópteros de combate israelíes bombardearon el principal edificio de los servicios de información palestinos, cerca de las oficinas del presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, en Ramalá, en Cisjordania. Estos ataques se sumaron a los que la aviación hebrea realizó durante todo el día de ayer sobre los territorios ocupados.
Cazabombarderos F-16 israelíes atacaron instalaciones de la Autoridad Nacional Palestina en la ciudad cisjordana de Belén, donde lanzaron tres bombas que causaron importantes daños materiales, según fuentes palestinas. Entretanto, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, confirmó ayer que seguirá hostigando militarmente a la Autoridad Nacional Palestina y a las organizaciones radicales palestinas ante los asistentes a una reunión especial de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la 'Knesset' (Parlamento israelí). El Ejército israelí comenzó a implementar las nuevas directrices acordadas el día anterior por el gabinete de seguridad, consistentes en aplicar «una presión militar constante sobre los palestinos».
En un temerario intento de asesinato selectivo contra un dirigente del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, la artillería israelí disparó dos obuses contra su vehículo dentro del campo de refugiados de Al Amari, matando a la mujer y tres hijos del activista, así como a dos menores de la misma familia. El activista, Hussein Abu Kweik, que no se encontraba en esos momentos en el coche, declaró a la cadena de televisión qatarí 'Al Jazira' que la pérdida de su mujer e hijos "dos niñas de 13 y 14 años y un niño de 10" no acabarían con su «determinación para seguir combatiendo a los agresores sionistas».
Asimismo, la propia dirección de este movimiento integrista islámico en la Franja de Gaza emitió un comunicado jurando venganza por «los crímenes cometidos contra el pueblo palestino». Sin embargo, y a pesar de todo, el Ejército israelí presentó ayer «sus excusas y su pesar» por el disparo que costó la vida en Ramala a una mujer y a cinco jóvenes palestinos, fallecidos por la explosión de un obús de carro.