El ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, intentó calmar el clima de caos que asola el país y afirmó que las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no se interrumpieron pese a que ayer el organismo monetario se negó a autorizar el desembolso de un crédito de 1.300 millones de dólares que deja a Argentina al borde de la suspensión de pagos. El FMI «sólo nos ha dicho que no sabe bien cuando hará los desembolsos», intentó explicar Cavallo, cuando un grupo de periodistas le preguntó ayer sobre la resolución del organismo internacional.
El breve comunicado del FMI señala que en base a los informes de la misión que estuvo en Buenos Aires, la gerencia del Fondo no puede en este momento recomendar que se complete la revisión del programa apoyado por el FMI, según dice el primer párrafo del comunicado. El segundo consigna que el FMI se mantiene en cercano contacto con las autoridades argentinas y está comprometido a trabajar con ellas en el desarrollo de un programa sustentable.
Por su parte, el ministro Cavallo se escudó en ese párrafo para comentar que «en el futuro Argentina va a seguir trabajando con el FMI», y confió en «lograr éxito en el canje de la deuda para dejar atrás las incertidumbres sobre nuestra capacidad de pago». El FMI dijo ayer que la «incapacidad» de alcanzar las metas fiscales por parte de Argentina es la única razón de que se haya decidido no aprobar este mes un desembolso de 1.300 millones para ese país.
Mientras, las centrales sindicales, organizaciones sociales y humanitarias, desocupados y trabajadores se lanzaron a la calle contra el «modelo económico y la pobreza», en variadas protestas que incluyen huelgas, consultas populares y marchas en todo el país en un clima recalentado por meses de recesión.