España aportará a la Fuerza de Reacción Rápida de la Unión Europea el diez por ciento de efectivos y de capacidades de dicha fuerza. Según el ministro español de Defensa, Federico Trillo, se «reduciría mucho el significado de nuestra aportación si se mide estrictamente en términos numericos» y se aplica la regla del diez por ciento, que supone 6.000 soldados de los 60.000 que tendrá la fuerza. «Fundamentalmente se está diseñando un cuerpo de ejército capaz de desarrollar 'misiones Petersberg', por lo tanto no se trata sólo de efectivos sino de acoplar distintas unidades con apoyo naval y aéreo, que puedan formar de manera eficaz un cuerpo de ejército desplegable», agregó.
La UE decidió ayer instituir el cargo de representante especial para Afganistán, que nombrará más adelante, y pidieron a la Organización de Naciones Unidas y a las instituciones financieras internacionales trazar «un plan de reconstrucción» económica, social e institucional para ese país. Este representante trabajará bajo la autoridad del Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, y apoyará sus acciones y las de la presidencia de la Unión. La Unión Europea condicionó ayer su ayuda a la reconstrucción de Afganistán al establecimiento de un Gobierno multiétnico «responsable» y respetuoso de los derechos humano, al tiempo que intentó desdramatizar sus últimos roces con Israel y defendió su papel en el proceso de paz en Oriente Medio.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea pidieron ayer en Bruselas a todas las fuerzas afganas que respeten los derechos humanos y el derecho humanitario internacional» y recalcaron que «un comportamiento responsable en este ámbito de los nuevos dirigentes afganos constituirá un factor determinante de la ayuda que la Unión está dispuesta a dar a la reconstrucción del país». «Tenemos que decirlo ya, decirlo ahora. Debemos construir un nuevo Afganistán, no permitiremos el retorno a Afganistán de las guerras civiles y de los feudos. No ponemos condiciones previas a la entrega de ayuda humanitaria, pero sí a la reconstrucción», declaró ante la prensa el jefe de la diplomacia francesa, Hubert Védrine.