Mientras Estados Unidos continúa bajo las máximas medidas de seguridad ante posibles nuevos atentados, el presidente George W. Bush pidió ayer calma al país ante la falta de resultados de las investigaciones sobre el carbunco. El FBI sigue en alerta máxima en todo el país ante el riesgo de que haya más atentados, posibilidad que se mantiene desde hace varios días, y Bush reconoció que el ántrax es «la segunda oleada» de ataques. Los grandes puentes de California siguen bajo vigilancia especial, y también centrales nucleares, edificios oficiales, instalaciones militares y otros lugares continúan bajo medidas especiales.
Mientras, el FBI y las autoridades de salud luchan para tratar de obtener pistas sobre el autor o autores de los cartas con carbunco. Hasta ahora se han confirmado 17 casos, después de que el viernes se confirmara que un trabajador del «New York Post» padece ántrax. Ayer las autoridades confirmaron la presencia de esporas de ántrax en Kansas City.
Agentes del FBI allanaron ayer un apartamento de Trenton (Nueva Jersey) habitado por cuatro paquistaníes y se llevaron a uno de ellos, aunque no ha sido acusado formalmente. Bush pidió a los ciudadanos que consulten con sus médicos si creen que pueden haber estado en contacto con la enfermedad, pero avisó que tomar antibióticos sin un motivo real «puede suponer un riesgo para la salud». El presidente pakistaní, Pervez Musharraf, declaró por su parte que se han encontrado restos del bacilo del carbunco en dos edificios de Pakistán.