Los países occidentales aceleraron ayer la congelación de los fondos ligados a la financiación del terrorismo, tal y como exigía la ONU mucho antes del bloqueo ordenado por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de los bienes de Osama Bin Laden, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre. El Grupo de los siete países más industrializados (G7) prometió la puesta en marcha de una estrategia para bloquear los fondos de las organizaciones terroristas. La UE, por su parte, estudia una fórmula que le permita poder aplicar esta medida. «Desde que se produjeron los ataques, hemos analizado los respectivos planes de acción nacionales para bloquear los haberes de los terroristas y de sus asociados. Vamos a integrar estos planes para llevar a cabo una estrategia conjunta destinada a obstaculizar la financiación del terrorismo en el mundo», anunció ayer el G7.
Francia, Alemania, Japón y Luxemburgo, entre otros, decidieron inmediatamente congelar los fondos sospechosos. El ministro de Economía y Finanzas, Laurent Fabius, anunció ayer la «congelación inmediata» de los activos de personas y entidades sospechosas de terrorismo que figuran en una lista publicada por la Unión Europea (UE), así como en la presentada por Estados Unidos. Precisó que esa orden firmada por el primer ministro francés, Lionel Jospin, será publicada mañana, miércoles, en el Boletín Oficial del Estado. El Ministerio de Exteriores francés había anunciado horas antes que Francia ya ha congelado cuentas por valor de 4'27 millones de euros en cumplimiento de dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra el régimen integrista de los talibán en Afganistán y Bin Laden.
Alemania tiene congeladas trece cuentas corrientes de personas u organizaciones relacionadas con Osama Bin Laden, principal sospechoso de los atentados en Nueva York y Washington, varios de cuyos presuntos autores materiales residieron en Hamburgo. El Ministerio de Economía germano mantiene embargados esos activos, con un valor total de 1'38 millones de euros, en cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas de 1999 contra el régimen talibán. El ministro de Finanzas de Japón, Masajuro Shiokawa, también adelantó ayer que congelará los activos de individuos y organizaciones relacionadas con grupos terroristas.