El Pentágono, «símbolo de las convicciones de Estados Unidos y del poder estadounidense», en palabras del secretario de Estado Colin Powell, fue ayer una de las víctimas de la oleada de ataques terroristas contra EE UU, que causó el derrumbe de una parte de su edificación. Cuando las cadenas de televisión empezaban a hablar de posible atentado terrorista para referirse a los dos aviones que se habían estrellado contra las torres gemelas, otro aparato, un avión de la American Airlines, se estrelló contra el segundo piso del edificio del Pentágono.
Un humo negro salía del edificio de cinco lados mientras más de 20.000 civiles y militares que trabajan en el inmueble salían despavoridos. Antes se registraron explosiones en el interior del Pentágono "causadas probablemente por varias bombas" que causaron el colapso de parte del edificio y dejaron muchos heridos. Pese a no haber un informe oficial sobre las víctimas, un empleado de la unidad de emergencia de un hospital suburbano de Virginia dijo que varias personas habían muerto y más de tres centenares heridas.
El humo procedente del Pentágono creó una enorme confusión, atizada de inmediato por la orden de evacuación que las autoridades policiales cursaron tanto a la Casa Blanca como a los edificios federales del centro de Washington.
En poco más de 30 minutos, los funcionarios de los departamentos ministeriales, así como los de la Casa Blanca y su edificio de oficinas "Old Executive Building", además de todos los legisladores y funcionarios del Congreso, se encontraban, presos de pánico, circulando por las calles de la ciudad.