Mandela, el padre de la democracia multirracial de Sudáfrica, hizo un llamamiento a dejar de lado las diferencias y curar al mundo de esta «enfermedad de la mente y el alma». «El racismo mata a más gente que cualquier otro mal. Deshumaniza todo lo que toca». Pese a las palabras de Mandela, la atención se centró en el conflicto israelí-palestino, mientras el líder palestino Arafat acusaba a Israel de racista. La reparación para los ciudadanos africanos por siglos de esclavitud fue otro de los temas álgidos de la cumbre.
Arafat, que el viernes había acusado a Israel de llevar adelante un plan de limpieza étnica contra los palestinos, repitió ayer sábado los mismos cargos. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se pronunció sobre el conflicto de Medio Oriente, diciendo que los Estados árabes quieren una condena formal contra Israel en la declaración final. También habló sobre la controversia sobre cómo tratar el asunto histórico de la esclavitud que amenazan la conferencia.
«Esta conferencia le ha dado al mundo una oportunidad para enfrentar el racismo. Pero hay dos ejes que amenazan el consenso: el conflicto en el Medio Oriente y la esclavitud», dijo Annan. En tanto, el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, dijo que el evento corría el riesgo de fracasar por la «singularización de Israel» y «las condenas unilaterales». El borrador de la declaración no iguala la doctrina israelí del sionismo con una actitud racista, pero dice: «Las ocupaciones extranjeras fundadas en el asentamiento constituyen una nueva clase de apartheid, un crimen contra la humanidad».