Miles de obreros y desempleados bloquearon ayer las carreteras de Argentina en contra de los planes de ajuste económico del Gobierno, en una protesta organizada al margen de las estructuras tradicionales. El movimiento de los «piqueteros», como se conoce a los grupos que ocupan las rutas para expresar su desacuerdo con el modelo social y económico vigente, exigen que las autoridades anulen los recortes salariales e impulsen la generación de puestos de trabajo.
Mientras los organizadores afirmaron que los cortes de carreteras superan el centenar en todo el país, el Gobierno argentino registró «interrupciones totales de tránsito en cinco rutas» y sostuvo que el resto de las protestas son «concentraciones de gente» que no impiden la circulación. La jornada en contra del ajuste económico, que fue organizada con el objetivo de bloquear carreteras de forma simultánea durante 24 horas en más de 50 puntos, ha transcurrido «de forma tranquila y sin incidentes», dijo a la prensa el portavoz gubernamental Juan Pablo Baylac.
«Estamos armados, pero de paciencia y convicción», afirmó Luis D'Elia, uno de los organizadores del movimiento, en respuesta a quienes les acusan de promover la violencia. El Gobierno argentino presentó una denuncia ante la justicia federal para advertir de que la instalación de piquetes puede ser delito.