El primer ministro portugués, Antonio Guterres, cambió ayer al equipo económico en la sexta remodelación de su gabinete desde la victoria socialista en octubre de 1999, el mismo día en que el Parlamento aprobó la ley de rectificación de los Presupuestos del Estado de 2001. Poco minutos antes de que Guterres anunciase cambios en siete ministerios, confirmaba su dimisión en rueda de prensa el titular de Hacienda, Joaquim Pina Moura, el colaborador más estrecho de Guterres que acumuló durante unos meses también la cartera de Economía.
El último servicio de Pina Moura a su amigo Guterres fue defender ayer en la Asamblea de la República el nuevo Presupuesto rectificado, necesario, en su opinión, para poder cumplir la meta de cerrar el año con un déficit público del 1'1 por ciento del PIB. El proyecto de ley fue aprobado con los votos a favor de los 115 parlamentarios socialistas y gracias a la abstención de los 81 diputados del Partido Social Demócrata, que aprovechó el debate para criticar con dureza la ausencia en el hemiciclo del propio Guterres quien presidía en Lisboa la reunión del Consejo de la Internacional Socialista.
Para el lugar de Pina Moura, el primer ministro designó al independiente Guilherme Olivieria Martins, que continuará al frente del Ministerio de la Presidencia del Consejo de Ministros, lo que indica, según los comentaristas, que se convierte en el hombre fuerte del nuevo gabinete. Pina Moura arrastró consigo al titular de Economía, el ex presidente de la eléctrica EDP Mario Cristina de Sousa, a quien sustituirá un buen amigo de la región autonómica de Galicia, Luis Braga da Cruz, quien hasta ahora dirigía la Comisión de Coordinación de la Región Norte de Portugal.
Tampoco Guterres pudo anunciar de primera mano la ya esperada salida de la ministra de Sanidad, Manuela Arcanjo, a la que sucede Antonio Correia Campos, colaborador del presidente Sampaio cuando éste lideraba el Partido Socialista. Arcanjo, el miembro del Gobierno con mayor desgaste porque su cartera es la principal responsable del descontrol de las finanzas públicas, abandonó el debate en el Parlamento para anunciar su dimisión y criticar a Guterres, en un episodio que recuerda la polémica salida el año pasado de Fernando Gomes del Ministerio de Interior.