EFE-WASHINGTON
Estados Unidos reanudó ayer sus vuelos de espionaje cerca de las
costas de China tras el choque de un avión espía con un caza chino
el pasado abril, lo que se ha valorado como una muestra de que no
va a cejar el pulso con Pekín. Un avión «RC-135» de la Fuerza Aérea
sin escolta armada efectuó ayer una misión de reconocimiento a lo
largo de la costa norte de China, en la primera operación de este
tipo desde el incidente del 1 de abril. El Pentágono indicó que el
avión partió de la base de la Fuerza Aérea en Kadena, en la isla
japonesa de Okinawa, y voló cerca de territorio chino pero fuera de
su espacio aéreo, en lo que se calificó de «misión de trámite».
La aviación de EE UU reanuda los vuelos de vigilancia frente a las costas de China