El deseo de llegar a un acuerdo de alto el fuego entre israelíes y palestinos continuará manteniendo reunidos en intensas negociaciones a las siete delegaciones asistentes a la cumbre de Sharm el Seij, pese a la falta de progresos notables.
Los ministros de Asuntos Exteriores que acompañan a las delegaciones no acordaron la redacción del borrador del documento final, pero las conversaciones siguen adelante. La cita internacional, convocada para acabar con la violencia en los territorios palestinos y que tiene como anfitrión al presidente egipcio, Hosni Mubarak, y como mediador al presidente estadounidense, Bill Clinton, pretende conseguir un pacto entre el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el líder palestino, Yaser Arafat. También asistieron a la cumbre como invitados el secretario general de la ONU, Kofi Annan, el representante de política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana, y el rey Abdulá de Jordania.
Las escasas esperanzas de éxito sufrieron un nuevo revés al conocerse la muerte ayer de un palestino en los territorios ocupados. «Por el momento no ha habido progresos y no parece que vayan a producirse», señaló el negociador de Arafat, Yaser Abed Rabo. Los israelíes se habían negado a aceptar un documento de trabajo egipcio-palestino y otro de Kofi Annan, donde se pedía la aplicación de la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba el uso de la fuerza en los territorios ocupados.
La violencia entre israelíes y palestinos se recrudeció ayer en más de una veintena de localidades de Cisjordania y Gaza mientras sus respectivos líderes intentan alcanzar un acuerdo de alto el fuego en la cumbre de Sharm El Seij. Dos muertos y más de 100 heridos, tres de ellos en estado crítico, es el trágico balance de una jornada de violencia que, según fuentes militares israelíes, sólo ha comenzado, «porque lo peor está por llegar esta noche», comentaban ayer a última hora del Día de la Ira organizado contra la cumbre.