Los líderes de la Unión Europea aceptaron ayer negociar en el marco de la reforma del Tratado de Amsterdam las llamadas «cooperaciones reforzadas», mecanismo que permitiría a unos países avanzar más rápidamente que otros en su integración. «Los Quince, incluidos los más reticentes, quieren discutir esta cuestión durante los próximos seis meses», anunció a la prensa el secretario de Estado portugués para la UE, Francisco Seixas da Costa.
El representante de la Presidencia de turno portuguesa informó de que las conclusiones del debate celebrado ayer entre los jefes de Estado o Gobierno comunitarios acerca de la conferencia intergubernamental (CIG). Los Quince negocian en ese foro desde febrero la revisión de los capítulos del tratado relativos a las instituciones de la UE, en particular, el número futuro de miembros de la Comisión Europea, el reparto de los votos en el Consejo de ministros y la extensión de las decisiones por mayoría cualificada.
A estos tres «residuos de Amsterdam», que no pudieron cerrarse en 1997, añadirán, a partir de ahora, las cooperaciones reforzadas. Según Da Costa, los gobernantes europeos no quisieron entrar ayer en los detalles de este mecanismo. Se trata de un asunto especialmente sensible porque evoca el fantasma de la Europa «a la carta» o las «dos velocidades» y, por ende, de la eventual ruptura en el proyecto de la Europa unida. El secretario de Estado portugués quiso desdramatizar la decisión recordando que la posibilidad de las «cooperaciones reforzadas» ya está contemplada en el Tratado de Amsterdam (1997).