Human Rigths Watch (HRW) reveló ayer nuevos testimonios que demuestran la crueldad de la última estrategia de las tropas rusas para cumplir su objetivo de «liquidar a los terroristas chechenos», una táctica que tiene como macabro escenario los «campos de filtración» en los que cientos de civiles sufren «brutales abusos» y son «golpeados, torturados y, en ocasiones, violados» por los guardias rusos encargados de comprobar su identidad. Ante el aumento de denuncias y críticas en la esfera internacional, Moscú se rindió a la evidencia y reconoció ayer, en boca del informador designado por el Kremlin para garantizar que los Derechos Humanos no sean violados en la república independentista, que éstos «no están siendo totalmente respetados en Chechenia».
Los testimonios de tres hombres recientemente liberados de un «campo de filtración» "lugares en los que los rusos detienen durante días a cualquier sospechoso hasta que comprueban su identidad y si son o no guerrilleros", recogidos separadamente por HRW, concuerdan en la denuncia de «maltratos, torturas y violaciones» sufridas por ellos y otros detenidos con los que compartieron celda y sufrimiento. Los tres fueron detenidos a mediados de enero, cuando comenzaron las detenciones masivas, en distintos puntos de Chechenia y confinados en el campo de Chernokozovo, cerca de Grozni, a finales del pasado mes o principios del presente, después de que sus familiares pagaran un rescate de entre 1.000 y 4.000 rublos (entre 5.800 y 24.000 pesetas).