Tras una jornada de idas y venidas por parte de Haider y el líder popular y próximo Canciller Federal, Wolfgang Schüssel, a la sede del presidente, este acabó dando el visto bueno a la polémica coalición, cuya formación ha conducido a Austria a una grave crisis en sus relaciones con la UE, Estados Unidos e Israel. En un breve comunicado emitido por el despacho de Klestil se informa de que el nuevo gabinete prestará juramento hoy al mediodía en el Hofburg, el palacio imperial de los Habsburgo y sede de la Presidencia austriaca.
Klestil, que ha intentado infructuosamente evitar la llegada del FPOE al poder desde los comicios del pasado 3 de octubre, intervino hasta el último momento en la formación del nuevo Gobierno, al introducir algunas ampliaciones en su programa y retocar la lista de ministrables, de la que descartó a dos correligionarios de Haider por sus desvaríos verbales y escritos.
El industrial Thomas Prinzhorn, candidato del FPOE a la cancillería en las pasadas elecciones, fue rechazado por «descarrilamiento verbal», al haber acusado al Gobierno saliente de dar hormonas a los extranjeros para que se reproduzcan mejor en Austria. El también «liberal» Hilmar Kabas fue igualmente eliminado por Klestil del nuevo gabinete como responsable de la campaña electoral del FPOE durante los últimos comicios en Viena, en la que llenó la ciudad de carteles con claros tintes xenófobos que recordaban a los de la Alemania nazi.
La aprobación de la nueva coalición fue, sin embargo, posible, sobre todo, por la firma por la mañana y ante el presidente por parte de Haider y Schüssel de una declaración en la que ambos, en nombre de sus respectivos partidos, se comprometen a defender la europeidad de Austria. El documento, que figurará como preámbulo del programa de Gobierno, fue redactado por el propio Klestil a instancias de Haider y Schüssel, quienes lo suscribieron formalmente.